viernes, 29 de marzo de 2013

La historia de los 30 rugidos en un garaje III.

Los vehículos son sin duda el plato fuerte, pero mires para donde mires en el garaje de Emilio solo ves reliquias.



De hecho, el único espacio que queda libre es el techo, ya que incluso las paredes están llenas de antigüedades. Están adornadas con fotos, decenas de volantes y con coches de juguetes del pasado siglo.



Uno de ellos es una grúa con la que el orotavense jugaba cuando era pequeño. A pesar de que tiene unos 60 años, este divertimento de hojalata aún funciona.
Y es que, colecciona todo lo que esté relacionado con el automóvil.



Entre sus tesoros también hay pequeños coches de juguetes con sus correspondientes cajas, que hacen que el valor de la antigualla sea mayor.



Tiene decenas de ellos organizados en estanterías y enmarcados con la parrilla de vehículos antiguos. A estos departamentos les ha tenido que poner cerradura, "porque cuando mis nietos vienen los quieren coger", dice el socio del Club de Amigos de los Coches Antiguos de Tenerife con una sonrisa.



En su mundo del automóvil, de alrededor 200 metros cuadrados, posee una gasolinera antigua, bujías, una máquina del siglo pasado para hacer parches en las ruedas, etcétera.


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